
El ex Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan declaró en el año 2001 que el mayor enemigo de la salud era la pobreza. Con anterioridad, líderes mundiales se habían comprometido a erradicarlas para el año 2015. Dentro de este contexto se ha perpetuado la enfermedad de Chagas, de origen inicialmente rural pero, por las causas expuestas anteriormente, urbanizada en el siglo anterior. La desnutrición y la pobreza, junto con la situación socioeconómica y cultural, son factores determinantes y condicionantes para esta enfermedad que afecta a las poblaciones más vulnerables. La cantidad de habitantes rurales que viven en condiciones de pobreza e indigencia, con ingresos escasos para cubrir sus necesidades básicas elementales, según informes recientes, se ha mantenido inalterable desde hace 20 años (cercanos a 80 millones). La Comisión Latinoamericana y del Caribe para el Desarrollo Social, presidida por Patricio Aylwin (1995), informaba que se encontraban en la línea de pobreza “casi la mitad de los habitantes de América Latina”. Según la UNFPA, en el año 1900, uno de cada 10 habitantes era urbano, mientras que en el año 2007, uno de cada dos se encontraba en esta situación. El libro contempla el análisis de los estudios diagnósticos, las nuevas tecnologías y opciones terapéuticas qué, en ámbitos urbanos, el médico puede disponer para el estudio y tratamiento de una de las complicaciones más discapacitantes de la enfermedad, tal cuál es la miocardiopatía chagásica. Para ello, un grupo de expertos en distintas áreas han expuesto sus conocimientos en el tema con la nalidad de garantizar un sistema de salud igualitario y avanzado, que dé solución, o intente darla, a los enfermos de las grandes urbes, sin dejar de señalar la necesidad del diseño de políticas de salud, educación y vivienda integradoras, progresistas y preventivas en el área rural, para la solución de nitiva de las enfermedades surgidas de la marginación y exclusión.
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