La antigua terapeutica China al alcance del médico práctico. Muchas veces es preciso internarse en extensas divagaciones para llegar al hombre. En este caso, por fortuna, esa suerte de disgreción (no por conocida, menos repetida) podrá abreviarse con sobradas razones. Y ello, porque el autor de este tratado sobre Acupuntura tiene el respaldo de sus antecedentes científicos, de su “integridad magistral y científica”. ¿Podría acaso hallarse menos calificado en su quehacer de escritor? Seguramente no. Pues para el Dr. David J. Sussmann, el panorama médico es algo total, cabal, plenamente humano.
Y como tal lo refleja con hondura y calidez en todas estas páginas. El bien sabe que en nombre de Hipócrates se suele traicionar a Hipócrates. Que el médico esta para dar alivio, no para negar, por eso se brinda totalmente. Que sea una droga diluida a la décima, un remedio alopático o unas indoloras y pequeñas agujas, no es lo más importante, interesa la juventud mental de entender que el hombre es una estructura. Que quien le pone mayúsculas al nombre total, engaña, se equivoca, no cura a nadie…
El Dr. Sussmann, como maestro, convirtió en lema vital estas premisas. Conquistó prestigio por mérito, por dedicación, por entrega. Y por sobre todo, por enseñanza fecunda que genera cotidianamente nuevos cultores de esta práctica milenaria. Por lo demás, como figura señera en su especialidad, no solo en la argentina sino también, en el mundo entero, queda aquí consagrado a través de un tratado en el que la acupuntura esta definidamente al alcance del médico práctico…